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lunes, 3 de marzo de 2014

La razón y el corazón siempre incompatibles.

Era un rostro difícil. Sus ojos brillaban como la más reluciente estrella del cielo, decían más que cualquier poema de amor, estaban llenos de ternura, de cariño, de te quieros, producían sonrisas en cualquier persona, eran los ojos más grandes y sinceros que mi corazón había experimentado jamás, era la mirada más bonita que había visto nunca. Pero su boca produjo un resbalón en aquel sueño, y es que tus palabras solamente decían: "debes irte de mi lado".

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