Ojalá supiese lo que corre por mi subconsciente y así poder manejar mis
sueños a mi antojo, eliminar de este modo los símbolos que representan mis deseos reprimidos, pero así todo sería
demasiado fácil, dejaría de pensar el por qué suceden o por qué se pasean por
mi cabeza. Tal vez son simples recuerdos
que vienen una y otra vez a mi mente, o carencias que tengo como persona que
considero necesarias para mi realización como individuo, o tal vez sean deseos
que están recogidos en algún lugar de mi interior. No lo sé. Los sueños son
complicados y mareantes, a veces alegran, otras entristecen, y otras te
sorprenden. Cada sueño te cuenta una historia, real o ficticia, agradable o
desagradable, trascendental o insignificante, cada noche que nos acostamos nos
introducimos en un mundo nuevo, un mundo a veces difícil e indeseado pero ¿qué más
da? Lo importante es no dejarse guiar por los sueños, regirse por la realidad,
y no dejarse guiar por esos símbolos tan creíbles que rondan por nuestro
cerebro. Todo es confuso a las 8 de la mañana cuando pones un pie en el suelo
¿verdad?, mi consejo es que dejes todo en la almohada y realices tu historia en
la auténtica vida, a la vida real y actual. Los sueños son maravillosos para
conocernos a nosotros mismos, pero no tienen que condicionar nuestra vida.
Simplemente son pequeñas historias que esperan en nuestra mente para ser
retransmitidas y deleitarnos de alguna forma cuando la fantasía se apodera de
la realidad, cuando queremos descansar o simplemente cuando queremos ir a
dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario